18 de enero de 2014

Good bye my friend, you've been the one for me

Confieso, confieso lo culpable que me he sentido y me siento por no haber ido a despedirte, por dejarte ir así, por no hacer todo lo posible para despedirme mientras pude, por no haberte escrito la carta que te mereces antes, por ser incapaz de hacerlo bien ahora. 
Confieso, confieso que no fui capaz de hacerlo, que algo dentro de mi me impedía ir, de alguna manera era mi forma de no dejarte marchar, de hacer que seguías aquí, de no asumir que te habías ido aquel día, de atarte a la vida al no ver el momento del adiós.

Sabes lo mucho que te quiero pequeña y lo que me disgusté cuando me enteré de que estabas enferma, más aún cuando me enteré de que te habías ido, pero te fuiste luchando, sonriendo, con alegría, viviendo. Como yo te recordaba, siempre con una sonrisa en la boca, riendo, no es justo que hayas sido tú quién se va, pero nos has enseñado a todos los que te conocíamos a aprovechar la vida mientras podamos, cada minuto, cada segundo, aunque sean tiempos de dolor, aunque el cáncer te mate por dentro, que feliz eras peque y como se contagiaba tu risa, era imposible hablar contigo sin sonreir.

te quiero muchísimo,