18 de mayo de 2012

Creí que nunca nadie me iba a dominar, que nadie pisotearía mi dignidad ni controlaría mis acciones, pensaba que nunca nunca nunca tendría que dar explicaciones a nadie, pensaba que todo sería hasta que yo quisiera, que yo sería quién estableciese límites, que mi orgullo estaría por encima de todo, poniendo reglas y saltándose otras, en resumidas cuentas, creí que yo iba a mandar por encima de todo, que no iba a ser mandada. Creí muchas cosas, pero me confundí. Imbécil.