22 de enero de 2011

sex, drugs nd alcohol

Una madrugada te llevan a urgencias por un ataque de ansiedad. El médico te dice que tomes Valium cada doce horas durante tres días y te mantengas relajada en ese tiempo. Tú, como siempre has sido así, compras unas entradas de reventa al día siguiente para ir ese mismo día a un concierto multitudinario. Cuando sales del concierto vas a tomar un café al sitio de siempre, aunque te dijeron que no tomaras cafeína... pero te ofrecen un chupito y tú no puedes negarte. Llegas a las dos de la mañana (tampoco es tarde), con una juerga impresionante y ocho chupitos por la cara en el cuerpo, feliz de la vida porque en esos momentos piensas que tu vida no puede ser más maravillosa.
En el fondo no has desobedecido al médico; para ti estar relajada es hacer lo que te gusta, sentir que estás viva y que vives lo que te hace sentirlo. Quizá no sea tan malo mezclar pastillas con alcohol...

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